Mantengo un ojo en el futuro,
un ojo en el pasado
y el presente en mi bolsillo
en caso de que necesite una puerta
hacia un mundo feliz,
donde todas las soluciones
terminen con mi cabeza
enterrada hasta el cuello en la arena.
Basta ¡basta de doblegarse ante la desilusión!
Quítense el sombrero y aplaudan
a la picardía y a la evolución.
El efecto dominó
es demasiado bueno como para no mencionarlo.
Si no estás afectado ¡no estás prestando atencion!
Es demasiado, demasiado bueno
como para no tener un efecto.
Tengo un ojo en el compás,
un oído en la canción
y mi penitencia en un relicario
que dejo caer
desde el piso más alto.
Cuando llega al suelo
veo como se quiebra en pedazos.
Canciones de liberación
resuenan desde el polvo.